Un trabajador del taxi perdió la vida en un trágico suceso en Boedo, Comuna 5, cuando intentó evitar el robo de su herramienta de trabajo y resultó embestido por un delincuente en fuga. La falta de justicia y la impunidad generan preocupación por la creciente inseguridad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Timoteo Tintilay, de 61 años y con una familia de dos hijos y cuatro nietos, fue víctima de un violento incidente cuando detuvo su taxi en una panadería ubicada en Avenida San Juan y Pichincha. En un acto desesperado, se subió al capó de su vehículo para evitar el robo de su herramienta de trabajo, pero el delincuente arrancó y se alejó a gran velocidad, sin importarle la presencia de Timoteo.
La situación empeoró cuando el delincuente chocó contra un Peugeot 206 en la intersección de Avenida Garay y Maza. Como resultado del impacto, Timoteo fue lanzado por los aires y sufrió heridas cortantes que le provocaron la muerte. El conductor del Peugeot 206 también resultó herido y recibió atención médica en el Hospital Penna.
Las fuerzas policiales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lograron detener al delincuente, de veinte años, después de que intentara huir a pie y se encontrara con dificultades para robar una moto. Finalmente, en Tarija al 4200, el personal de la Comisaría Vecinal 5B logró reducirlo.
Al ingresar los datos del detenido, identificado como Carlos Daniel Robledo y residente en Villa Fiorito, en el sistema, se descubrió que ya había sido arrestado anteriormente el 8 de diciembre pasado en Montserrat mientras empujaba una moto robada.
Ante esta trágica situación, el Ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Marcelo D’Alessandro, expresó su indignación y preocupación. Destacó la puerta giratoria de la Justicia y cómo esta vez se cobró la vida de un taxista que intentó resistirse al asalto para proteger su fuente de trabajo. Además, señaló que el delincuente había sido liberado 24 horas después de su anterior arresto por robo de una moto, lo que genera interrogantes sobre la justicia y la impunidad en el país.
Este trágico incidente en Boedo reaviva el debate sobre la seguridad ciudadana y la necesidad de implementar medidas efectivas para combatir la delincuencia. La sociedad exige respuestas y soluciones concretas que garanticen la protección de la vida y el patrimonio de todos los ciudadanos. La tragedia de Timoteo Tintilay se suma a la lista de víctimas que claman por justicia y seguridad en las calles de la Ciudad.