El chalet ubicado en plena avenida 9 de Julio, en el centro porteño, logra captar la atención de muchos visitantes. Esta peculiar construcción, que se encuentra en el noveno piso de un edificio, data del año 1927 y su familia propietaria busca convertirlo en un patrimonio cultural accesible al público.
En el corazón del centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en plena avenida 9 de Julio, se alza un chalet que puede resultar familiar para aquellos que han recorrido la zona. Sin embargo, es posible que no todos lo hayan advertido, ya que esta casa se encuentra en el noveno piso de un edificio.
Construido en 1927, el chalet es propiedad de una familia que anhela preservar su valor histórico y convertirlo en un referente cultural. La estructura se encuentra en la cima de un edificio de nueve pisos, en una ubicación privilegiada en el centro porteño.
En ese sentido, Diego Sethson, bisnieto de Rafael Díaz, el inmigrante español responsable de la construcción del chalet, expresa el deseo de su familia de que esta peculiar residencia se transforme en un polo cultural abierto al público. Sethson destaca el interés que ha despertado el chalet, recibiendo llamadas de personas que desean conocerlo y solicitan que no sea vendido.
A su vez, Sethson relata que su bisabuelo se inspiró en los chalets de Mar del Plata para construir esta vivienda única en los cielos de la Ciudad de Buenos Aires. Además, destaca la historia de superación de su bisabuelo, quien llegó a Argentina con muy poco y logró establecerse en el negocio de las telas, luego incursionando en el mundo de los muebles con su propia fábrica, Muebles Díaz, que se convirtió en una de las más importantes de la ciudad.
El bisabuelo de Sethson fue pionero en la publicidad en altura al colocar un cartel de “Mueblería Díaz” en el chalet, que se hizo famoso y apareció en numerosas fotografías de la época. Además, llegó a tener una radio llamada LOK Radio Mueblería Díaz, que con el tiempo se transformaría en Radio Rivadavia.
La relevancia histórica y arquitectónica del chalet ha atraído no solo a visitantes locales, sino también a inversores y proyectos culturales interesados en su conservación. Sethson menciona que ha recibido mensajes desde Praga, donde le piden que no venda la propiedad, y también ha tenido contactos con inversores con ideas y proyectos para desarrollar en este singular espacio.