La tradicional Carrera de Mozos organizada por UTHGRA en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires contó con la participación de 450 trabajadores del turismo y la gastronomía. El circuito de 1.600 metros hasta la Plaza de Mayo ofreció un emocionante espectáculo con premios por un total de un millón de pesos.
En un evento anual que ya es un clásico en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (UTHGRA) celebró la decimoséptima edición de la Carrera de Mozos. Esta tradicional competencia atrajo a alrededor de 450 mozos y camareras que buscaron llevarse premios por un valor total de un millón de pesos. El circuito, con una extensión de 1.600 metros de ida y vuelta hasta la emblemática Plaza de Mayo, se desplegó sobre la Avenida de Mayo, atrayendo a un numeroso público que disfrutó del emocionante espectáculo.
La carrera dio inicio con un arco inflable de color negro situado en el número 930 de la Avenida de Mayo. Las camareras tomaron posición en la primera fila, mientras que detrás, bajo un arco blanco, se agruparon los mozos. Los participantes, en su mayoría vestidos con camisa blanca, pantalón negro y chaleco con moño bordo, crearon una llamativa escena. Algunos lucían delantales, y una camarera incluso se atrevió a usar una pollera tubo, mientras que otro mozo compitió con un atuendo de gaucho.
Antes de la largada, los competidores portaban bandejas con una botella de gaseosa, una de agua y un vaso con líquido color rosado. El recorrido, de 1.600 metros hasta la Plaza de Mayo, permitía un paso intenso, pero no estaba permitido correr.
La previa a la competencia estuvo llena de alegría y entusiasmo, con los mozos y camareras bailando y aplaudiendo al ritmo de la música. Alejandro Camero, quien portaba la pechera N° 257, compartió que esta era su cuarta participación y que lleva 29 años trabajando en el restaurante de un Bingo.
Camero explicó las reglas del desafío: “De la bandeja no se puede caer nada, si pasa quedas descalificado. Hay jurados en cada cuadra y ellos van viendo el número de pechera y van anotando”. María José Bermeja, de 31 años y camarera de hotel durante 12 años, compartió su experiencia y desafío en la competencia: “En Avenida de Mayo el problema que tenés es el viento que te tira las cosas, por eso tenés que aflojar la marcha, caminando más despacio pero constante”.
La carrera de las camareras inició a las 16 horas, seguida tres minutos más tarde por la de los mozos. Hubo diferentes categorías para los mozos según la edad, mientras que para las camareras no se establecieron divisiones por edades. Los premios para los ganadores incluyeron un total de un millón de pesos, además de sorteos de electrodomésticos y un cierre con show musical y degustación gastronómica.
A pesar de que el récord de ediciones pasadas se mantenía en 7 minutos y 5 segundos, en esta ocasión la primera participante en completar el circuito lo hizo en 12 minutos y 35 segundos. El ganador absoluto fue el mozo con la pechera número 194, quien emocionó a todos al atravesar el arco inflable al grito de “¡dale campeón!”, demostrando valentía al competir a pesar de presentar una discapacidad. La carrera finalizó con la bandera argentina ondeando y los participantes alzando sus bandejas en señal de éxito y unión.