Cada 24 de octubre se conmemora el Día Mundial de Lucha Contra el Cambio Climático, una jornada dedicada a concientizar sobre el calentamiento global y la necesidad de generar un cambio cultural para enfrentarlo. Esta fecha se instauró a partir de una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de abordar este fenómeno imparable.
El cambio climático, consecuencia directa de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas, ha venido manifestándose desde el siglo XIX. Estas emisiones de gases de efecto invernadero atrapan el calor del sol y provocan el aumento de las temperaturas, generando efectos devastadores como sequías, escasez de agua, incendios, aumento del nivel del mar, inundaciones, deshielo de los polos, tormentas intensas y pérdida de biodiversidad.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el gobierno porteño ha estado trabajando activamente durante más de diez años para mitigar y adaptarse al cambio climático. A través de su Plan de Acción Climática 2050, la ciudad se propone convertirse en una urbe carbono neutral, resiliente e inclusiva para el año 2050, ubicándose a la vanguardia de la acción climática a nivel mundial. Según Renzo Morosi, presidente de la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, este plan constituye la hoja de ruta para lograr ese objetivo y ha sido desarrollado con la participación de la sociedad civil, la academia y el sector privado.
En este sentido, se invita a los vecinos de la Ciudad a sumarse a iniciativas como el Foro Participativo Permanente del Plan Urbano Ambiental, participar en reuniones y mesas de ideación, colaborar en la plantación de árboles, contribuir a la gestión colaborativa de solicitudes, participar en la creación de compromisos de gobierno abierto relacionados con el cambio climático y registrar techos inteligentes, entre otras acciones.
Como parte de la concientización sobre esta temática, diversos edificios y monumentos icónicos del territorio porteño, como Floralis Generica, el Monumento de los Españoles, la Torre Monumental, el Monumento de los Dos Congresos y la Pirámide de Mayo, estarán iluminados de color verde a partir de las 18 horas del domingo 24 de octubre.
Las políticas públicas llevadas a cabo por las autoridades de la Ciudad también se destacan en la lucha contra el cambio climático. El programa “Pasate a LED” implementado entre 2013 y 2019 ha permitido distribuir un millón de luces LED en aproximadamente 225.000 hogares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esta iniciativa no solo ha logrado un ahorro estimado de 100 gigavatios, equivalentes a la emisión de alrededor de 47.432 toneladas de dióxido de carbono, sino que también ha brindado información sobre eficiencia energética y cambio climático. Además, las bombillas de luz reemplazadas por LED han sido recicladas y reutilizadas en la pavimentación de calles de la Ciudad.
El programa “Pasate a LED”, impulsado por el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ha sido reconocido a nivel internacional por su contribución a la eficiencia energética. Incluido en un informe del Foro Económico Mundial, este programa no solo ha promovido la adopción de luminarias más eficientes, sino que también ha fomentado la conciencia sobre el cambio climático y ha impulsado acciones concretas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
El Día Mundial de Lucha Contra el Cambio Climático nos invita a reflexionar sobre la importancia de tomar medidas urgentes para frenar el calentamiento global. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires se posiciona como un referente en esta lucha, implementando políticas concretas y promoviendo la participación activa de la sociedad en la búsqueda de soluciones sostenibles.
Es fundamental recordar que el cambio climático nos concierne a todos y que cada acción individual y colectiva cuenta para construir un futuro más resiliente y sustentable. La toma de conciencia, el cambio de hábitos y la adopción de tecnologías más limpias son pasos clave en esta batalla que debe ser abordada de manera global.
La lucha contra el cambio climático no puede esperar. Es responsabilidad de cada uno de nosotros actuar en consecuencia y trabajar juntos para preservar nuestro planeta y garantizar un futuro mejor para las generaciones venideras.